EL INVIERNO EN LA PREVENCIÓN DEL MELANOMA: LA HORA DE LA VITAMINA D

Muchos estudios
epidemiológicos sugieren que unos niveles óptimos de vitamina D nos protegen de
muchas formas de cáncer, aunque lamentablemente no hay consenso acerca de cuáles son esos
niveles óptimos (en mi opinión, de 30 a 40 ng/ml). Algunos estudios
experimentales y epidemiológicos sugieren que el melanoma está entre esos tumores
que la vitamina D ayuda a controlar. Así se recoge en una reciente revisión
sobre el tema publicada en el European Journal of Cancer Prevention. Conviene dejar claro que la magnitud del efecto
preventivo de la vitamina D en este campo sería probablemente débil, pero ninguna
ayuda frente al cáncer, por débil que sea, es despreciable, máxime si como en
el caso de la vitamina D aporta muchos otros beneficios para nuestra salud.
En verano los días son más largos y la
radiación solar es más intensa. El riesgo de quemadura y por ello de melanoma
aumenta (las quemaduras solares aumentan de forma notable el riesgo de melanoma
a largo plazo). En el debate entre protección solar y producción de vitamina D
por nuestra piel, en verano para las personas de piel clara es prioritaria la
protección solar. Pero, ¿y en invierno? ¿Debemos salir a la calle también con
protección solar en las zonas descubiertas en invierno?
Muchos pacientes me indican que otros
dermatólogos les han dicho que sí: protección solar también en invierno. Y como
era de esperar, un elevado porcentaje de
mis pacientes tienen niveles moderadamente bajos de vitamina D cuando se la
miden. ¿Y aumenta el sol del invierno nuestro riesgo de melanoma? Para las
personas que simplemente pasean algo por la calle en otoño e invierno, no creo.
De hecho, en algunos estudios epidemiológicos la exposición solar habitual y
moderada aparece como un factor protector frente al melanoma. Sin embargo, esa
radiación solar débil invernal apenas estimula la síntesis de vitamina D (por
supuesto, menos en Londres o en Santander que en Cádiz o Tenerife, la latitud
cuenta mucho en este asunto).
Así que mi
mensaje básico para las personas de piel clara con riesgo de cáncer de piel
sería: en verano protéjanse bien del sol evitando la quemadura solar y en
invierno no se preocupen demasiado si les da algo de sol y preocúpense algo más
de no tener unos niveles bajos de vitamina D. Como del sol en verano ya se
protegen y el sol del invierno no será suficiente, tomen suplementos orales de
vitamina D. Hay preparados que nos ofrecen en una única cápsula o vial toda la
dosis necesaria para un mes. Muy cómodo. Y muy sano. Puede ayudar a prevenir el
melanoma. Y ayuda a alcanzar los beneficios de la vitamina D sobre nuestro
sistema musculoesquelético, nuestro sistema inmune, nuestro sistema cardiovascular
y nuestro metabolismo. Aunque estos beneficios no sean espectaculares,
contribuyen a nuestro bienestar.
¿Está entonces mal
usar protectores solares también en invierno? Desde la perspectiva de luchar
contra el melanoma probablemente son innecesarios, salvo si se vive en latitudes
donde la radiación solar en invierno alcanza una magnitud de cierta
importancia, o durante la práctica de actividades deportivas o recreativas que
impliquen alta radiación solar (montañismo, esquí, etc). Sin embargo, desde una perspectiva estética o cosmética, el protector
solar nos ayuda a luchar contra el fotoenvejecimiento (manchas y arrugas) tanto
en verano como en invierno. Si usted consulta a su dermatólogo
especialmente por este problema en relación con la cara y el dorso de las
manos, es razonable que le aconseje buena protección solar durante todo el año.
Razón de más para tomar suplementos de vitamina D, al menos en otoño e
invierno. Siempre bajo supervisión médica.
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